Lectura del libro de la Sabiduría (6, 12-16)
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4, 13-18)
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (25, 1-13)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!” Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”.
Las previsoras les contestaron: “no, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo”. Mientras aquellas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él les respondió: “Yo les aseguro que no las conozco”. Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora».
Palabra del Señor.
Esta semana ustedes que viven en Yurécuaro, se llenaron y eso espero de estupor y alegría con la presencia de más de cinco mil jóvenes venidos de toda nuestra diócesis de Zamora. Es una alegría y un regocijo descubrir que en los jóvenes está ese anhelo divino de seguir conociendo a Jesús el maestro, amigo y compañero de vida. Sobre todo la reunión tuvo como centro el tema de la paz, en un país tan lastimado por la violencia y la inseguridad, y por un Yurécuaro que vive situaciones difíciles de miedos y en algunos con ciertas desesperanzas. ¡Sigamos orando por la paz!
Otra buena noticia, es que en días pasados se llevó a cabo en Asís la Jornada Mundial de Oración por la Paz, presedida por el Santo Padre Benedicto XVI, que reunió a líderes de otras religiones para fomentar el ecumenismo religioso y para que desde las distintas confesiones religiosas se hiciera la oración por el mundo, que lleno de inseguridades económicas, políticas y sociales se olvida que Dios existe y opta por modelos humanos que lo están llevando a insatisfacciones personales que no dejan crecer y desarrollar al hombre hacia la plenitud de Dios en su vida.
Además buenos hermanos, quedamos en cuarto lugar en los Panamericanos, nominando a Guadalajara como la mejor anfitriona en Juegos Panamericanos y los mejor realizados. Bueno estas son buenas noticias, pero la mejor noticia es la que nos trae Jesús cada día y cada domingo con su Palabra. La pregunta de este domingo es ¿qué tan previsor he sido en la vida y en las cosas de Dios? Esta parábola de las vírgenes en el Evangelio, tiene como tema de fondo la formación personal, esto porque solo a través de la buena preparación en la vida podemos darle frente a las situaciones concretas que vivimos y llegamos a buen término cada proyecto de vida que nos hemos planteado. Bueno, pues la vida presente como la conocemos es un anticipo, lo sabemos bien, somos personas que tenemos un límite para vivir, por eso vale la pena que este don que Dios nos da cada mañana sea un signo de agradecimiento, de gratitud hacia Él, porque la vida es el milagro que nos permite realizar otros milagros iluminados por la Palabra y los hechos de Jesús.
Hermanos ¿cuánto hemos valorado nuestra vida como para descubrir que su valor más grande se encuentra en Dios y su presencia? Alguno que lea este artículo podrá no creer en la vida eterna, pero no podrá decir que la muerte no existe. Mi fe como católico y cristiano, me dice que Dios me ha dado una vida que ha tenido tropiezos, problemas, decepciones, depresiones, pero también ha tenido momentos de vida plena pienso en la familia, los logros realizados a corto y largo plazo, los buenos amigos, y claro un encuentro personal con Dios. Si veo estos signos en mi vida puedo decir que Dios me creó y pensó desde la eternidad y hacia allá nos dirigimos, por eso hay que estar atentos, ser previsores y esperar con alegría un encuentro con Dios que me hace sentirlo cerca en el más acá de la vida, para vivirlo en plenitud en el más allá de su Reino.
La primera lectura, nos narra lo radiante e incorruptible de la sabiduría, de lo prudente que nos ayuda vivir cada día en los proyectos personales que realizamos. Por eso, este domingo apostaremos por la preparación de la vida, guiados por la Palabra de Dios y donde ser previsores es una virtud y no una ocasión para decir que la vida es un destino sin dirección. Jesús que camina con nosotros nos guía y nos lleva a descubrir en plenitud el amor del Padre. Dios le bendiga, y a vivir con fe este milagro de poder amar, perdonar cada día.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén
Con afecto y cariño: Carlos Barajas, (Roma Italia).
martes, 8 de noviembre de 2011
jueves, 3 de noviembre de 2011
Compartiendo Nuestra
Lectura del libro del profeta Malaquías (1, 14; 2, 2b. 8-10)
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2, 7b-9.1)
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (23, 1-12)
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre”, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar “guías”, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido. Palabra del Señor.
Comentario sobre el Evangelio: reciban un cordial saludo, cargado de buenos deseos y esperanzas en Cristo que nos da la vida y lo que ella misma conlleva. Quiero pedir una disculpa antes de iniciar este comentario, el domingo pasado olvide que las lecturas eran del DOMUND, (domingo mundial para las misiones). Pero espero que haya ayudado en la meditación de la Palabra que necesitamos para continuar fieles a Dios en la misión que nos ha tocado vivir.
El domingo escucharemos que Jesús dice cómo los escribas y fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés, y esta afirmación la hace porque ellos siempre se habían sentido elegidos por Dios para decidir sobre la vida, acciones y decisiones de las personas. Con esto nos damos cuenta, que Jesús está siempre del lado del humilde, de aquel que verdaderamente necesita no una cátedra para ser alguien en la comunidad, sino de la predicación del amor de Dios y su voluntad justa y amorosa. Me viene a la cabeza por así decir, que podemos tomar los sacerdotes de este pequeño trozo del Evangelio, me cuestiono en lo personal, sin hacer alusiones a mis hermanos sacerdotes, si en verdad somos mensajeros y portadores de un Dios que decide y opta por el último, por el pequeño y el necesitado; si en nuestro ministerio nos dejamos llamar “padre” no por ser un título, sino de una relación paterna de cuidado, de pastoreo y sobre todo de intercesión por la comunidad a la que debemos servir y amar.
Hermanos, el Evangelio ilumina no sólo la vida de nosotros sacerdotes, sino también de aquellos que viven una paternidad biológica y familiar. El título de padre no es solamente biológico, sino de cuidado y atención a los hijos, hoy que en nuestro mundo se vive una crisis tremenda en la familia, queremos echar la culpa a Dios de los acontecimientos que padecemos y vivimos, cuando en las familias se fraguan los buenos ciudadanos y cristianos que sirven con fe y esperanza a las mismas comunidades. Por eso Jesús no quiere títulos de maestro, padre o guías si detrás de ellos no hay un testimonio y una coherencia en la misma vida que ayude a guiar nuestros actos y acciones.
Pero de algo debemos estar muy conscientes en nuestra vida: Jesucristo ha muerto por nosotros y nos ha dado la salvación a todo aquel que lo acepta libremente, pero debemos estar atentos a la Palabra que Jesús nos dirige, porque no basta solamente la fe para salvarnos y descubrir que con la cruz nos ha redimido, el final del Evangelio es muy claro, si queremos ser grandes para Dios, debemos aprender a servir y para ello tenemos el modelo por excelencia en la persona de Jesucristo, que no busco los primeros puestos, se fue a los últimos, a aquellos a quien nadie se atrevía a buscar, ayudar y sanar.
En esta semana en que hemos vivido momentos y situaciones lastimosas y difíciles como la crueldad en la muerte de Ghadaffi el líder libio, las manifestaciones en diferentes países a causa de la crisis económica, entre ellas en Roma donde se rompieron imágenes religiosas de manera brutal, nos debemos preguntar: ¿qué me pide Dios ante estos signos violentos de desesperanza? ¿Cómo vivo mi fe en el servicio al prójimo, especialmente al necesitado y olvidado? Recordemos que los fariseos decían una cosa y hacían otra, Dios me pide mucho y espera una respuesta concreta en mi vida, pero si he aprendido a esperar mucho de Dios, ¿qué espera Él de mí?
Dios los bendiga, esperando que estos últimos domingos del tiempo ordinario nos preparen para un buen adviento, y prepare nuestro corazón para la venida de Jesús. Me sigo uniendo con ustedes en oración, pidiendo por los frutos de la paz:
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén
Con afecto y cariño: Carlos Barajas, (Roma Italia).
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2, 7b-9.1)
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (23, 1-12)
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre”, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar “guías”, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido. Palabra del Señor.
Comentario sobre el Evangelio: reciban un cordial saludo, cargado de buenos deseos y esperanzas en Cristo que nos da la vida y lo que ella misma conlleva. Quiero pedir una disculpa antes de iniciar este comentario, el domingo pasado olvide que las lecturas eran del DOMUND, (domingo mundial para las misiones). Pero espero que haya ayudado en la meditación de la Palabra que necesitamos para continuar fieles a Dios en la misión que nos ha tocado vivir.
El domingo escucharemos que Jesús dice cómo los escribas y fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés, y esta afirmación la hace porque ellos siempre se habían sentido elegidos por Dios para decidir sobre la vida, acciones y decisiones de las personas. Con esto nos damos cuenta, que Jesús está siempre del lado del humilde, de aquel que verdaderamente necesita no una cátedra para ser alguien en la comunidad, sino de la predicación del amor de Dios y su voluntad justa y amorosa. Me viene a la cabeza por así decir, que podemos tomar los sacerdotes de este pequeño trozo del Evangelio, me cuestiono en lo personal, sin hacer alusiones a mis hermanos sacerdotes, si en verdad somos mensajeros y portadores de un Dios que decide y opta por el último, por el pequeño y el necesitado; si en nuestro ministerio nos dejamos llamar “padre” no por ser un título, sino de una relación paterna de cuidado, de pastoreo y sobre todo de intercesión por la comunidad a la que debemos servir y amar.
Hermanos, el Evangelio ilumina no sólo la vida de nosotros sacerdotes, sino también de aquellos que viven una paternidad biológica y familiar. El título de padre no es solamente biológico, sino de cuidado y atención a los hijos, hoy que en nuestro mundo se vive una crisis tremenda en la familia, queremos echar la culpa a Dios de los acontecimientos que padecemos y vivimos, cuando en las familias se fraguan los buenos ciudadanos y cristianos que sirven con fe y esperanza a las mismas comunidades. Por eso Jesús no quiere títulos de maestro, padre o guías si detrás de ellos no hay un testimonio y una coherencia en la misma vida que ayude a guiar nuestros actos y acciones.
Pero de algo debemos estar muy conscientes en nuestra vida: Jesucristo ha muerto por nosotros y nos ha dado la salvación a todo aquel que lo acepta libremente, pero debemos estar atentos a la Palabra que Jesús nos dirige, porque no basta solamente la fe para salvarnos y descubrir que con la cruz nos ha redimido, el final del Evangelio es muy claro, si queremos ser grandes para Dios, debemos aprender a servir y para ello tenemos el modelo por excelencia en la persona de Jesucristo, que no busco los primeros puestos, se fue a los últimos, a aquellos a quien nadie se atrevía a buscar, ayudar y sanar.
En esta semana en que hemos vivido momentos y situaciones lastimosas y difíciles como la crueldad en la muerte de Ghadaffi el líder libio, las manifestaciones en diferentes países a causa de la crisis económica, entre ellas en Roma donde se rompieron imágenes religiosas de manera brutal, nos debemos preguntar: ¿qué me pide Dios ante estos signos violentos de desesperanza? ¿Cómo vivo mi fe en el servicio al prójimo, especialmente al necesitado y olvidado? Recordemos que los fariseos decían una cosa y hacían otra, Dios me pide mucho y espera una respuesta concreta en mi vida, pero si he aprendido a esperar mucho de Dios, ¿qué espera Él de mí?
Dios los bendiga, esperando que estos últimos domingos del tiempo ordinario nos preparen para un buen adviento, y prepare nuestro corazón para la venida de Jesús. Me sigo uniendo con ustedes en oración, pidiendo por los frutos de la paz:
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén
Con afecto y cariño: Carlos Barajas, (Roma Italia).
miércoles, 19 de octubre de 2011
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
Compartiendo nuestra fe.
Primera lectura: Lectura del libro del Éxodo (22, 21-27)
Segunda Lectura: De la primera Carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1, 5c-10)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro: ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él les dijo: «Amarás al Señor tu Dios como todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas. Palabra de Dios.
Comentario a la Palabra: los días pasan rápidamente, es otra semana en la que nos volvemos a saludar para compartir esta fe, que en el amor de Dios estamos llamados a vivir como hermanos. El centro de la predicación de Jesús este domingo es el amor, y nace de la pregunta hecha por la envidia de fariseos y saduceos, la semana pasada era el César y ahora un mandamiento ¿cuál es el principal en la ley de Dios? Pienso que esta respuesta no es difícil para Jesús, porque la ley está en su corazón, la respuesta es hermosa, profunda y de gran significado: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, tu alma y tu ser. Me atrevo a decir que no difícil para Jesús porque Él es el amor, Dios es amor. Y no solamente esto, sino que Él vivió en plenitud el amor del Padre, por eso era libre, se sentía seguro de lo que hacía y decía a las multitudes, en pocas palabras les compartía esta experiencia del amor que le tenía su Padre, por eso lo seguían día y noche, sus palabras llenaban de sentido su vida, sanaban su corazón desgarrado por las injusticias y sobre todo porque Él sanaba el ser de quien tocaba.
Hermanos: ¿qué pasa hoy en nuestros pueblos y el mundo? En estos días revisando el internet veía imágenes fuertes de una pequeña de 2 ó 3 años atropellada en una ciudad de China, lo vergonzoso es que pasaron a su lado personas mayores y nadie la levantó, hasta que una mujer tuvo compasión de ella. China, la potencia que quiere acabar con el imperio Yanqui de Estados Unidos y su economía, una sociedad desgarrada y pensando solo en lo económico y el bienestar material destruyendo la dignidad de la persona en estos hechos. El amor que se tiene ahora al dinero, con las grandes potencias en crisis ha defraudado al hombre y escuchamos noticias de levantamientos y desmanes en las ciudades por la falta de trabajo, empleo y salario. Nuestro México y Yurécuaro temerosos por la inseguridad y la credibilidad de los políticos.
Con sus problemas personales no quiero causarles un dolor de cabeza con estas realidades, el Evangelio del domingo es muy esperanzador, porque nuestras sociedades han querido encontrar el amor en las cosas materiales y confiar en las estructuras humanas, hermanos nuestra opción debe ser la experiencia de Jesús, la experiencia del amor de Dios que se viva y refleje con nuestro prójimo. El Papa en su visita a su tierra natal Alemania, desde el inicio afirmó a que debería su visita: él dijo “no vengo a hablar de economía y política, vengo a hablar de Dios, porque donde está Dios hay esperanza”. Que palabras tan sabias de nuestro Papa, donde está Dios hay esperanza, y muy ciertas: porque hay esperanza en las familias que dejan que Dios armonice con su testimonio sus vidas, orando y conviviendo fraternalmente para crear amor, fe, unidad y fidelidad en las mismas; hay amor y esperanza en las comunidades que crecen desde la fe en la oración y la Eucaristía de cada domingo y se dejan guiar por la Palabra de Cristo y su vivencia en la Iglesia parroquial; hay amor y esperanza en los centros educativos, donde se vive la búsqueda de la superación en los estudios, pero también desde la verdad que se encuentra en Dios y que nos llama a encontrarla.
Hermanos, vivir la experiencia del amor de Dios nos hace darnos cuenta de la mirada tierna, compasiva de Dios que pone su ley en nuestro corazón, nuestra mente y nuestro ser. Esta experiencia de amor a Dios es primordial y la debemos vivir en comunidad, con nuestros hermanos, especialmente con aquellos con quienes tenemos más dificultad. Estamos orando por la paz, y ustedes en Yurécuaro lo han hecho con el Rosario, las Misas, les quiero compartir esto: si en realidad queremos paz, iniciemos por el amor. Que fácil o difícil, depende de cuánto nos dejemos amar por Dios y lo compartamos con el que está más cercano a mí.
Me despido, no sin antes recordarles que cuentan con mi oración y la de quienes estamos lejos de nuestra patria tan amada. Dios les bendiga!!!
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén
Con afecto, cariño y mucho amor: Carlos Barajas, (Roma Italia).
Primera lectura: Lectura del libro del Éxodo (22, 21-27)
Segunda Lectura: De la primera Carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1, 5c-10)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro: ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él les dijo: «Amarás al Señor tu Dios como todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas. Palabra de Dios.
Comentario a la Palabra: los días pasan rápidamente, es otra semana en la que nos volvemos a saludar para compartir esta fe, que en el amor de Dios estamos llamados a vivir como hermanos. El centro de la predicación de Jesús este domingo es el amor, y nace de la pregunta hecha por la envidia de fariseos y saduceos, la semana pasada era el César y ahora un mandamiento ¿cuál es el principal en la ley de Dios? Pienso que esta respuesta no es difícil para Jesús, porque la ley está en su corazón, la respuesta es hermosa, profunda y de gran significado: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, tu alma y tu ser. Me atrevo a decir que no difícil para Jesús porque Él es el amor, Dios es amor. Y no solamente esto, sino que Él vivió en plenitud el amor del Padre, por eso era libre, se sentía seguro de lo que hacía y decía a las multitudes, en pocas palabras les compartía esta experiencia del amor que le tenía su Padre, por eso lo seguían día y noche, sus palabras llenaban de sentido su vida, sanaban su corazón desgarrado por las injusticias y sobre todo porque Él sanaba el ser de quien tocaba.
Hermanos: ¿qué pasa hoy en nuestros pueblos y el mundo? En estos días revisando el internet veía imágenes fuertes de una pequeña de 2 ó 3 años atropellada en una ciudad de China, lo vergonzoso es que pasaron a su lado personas mayores y nadie la levantó, hasta que una mujer tuvo compasión de ella. China, la potencia que quiere acabar con el imperio Yanqui de Estados Unidos y su economía, una sociedad desgarrada y pensando solo en lo económico y el bienestar material destruyendo la dignidad de la persona en estos hechos. El amor que se tiene ahora al dinero, con las grandes potencias en crisis ha defraudado al hombre y escuchamos noticias de levantamientos y desmanes en las ciudades por la falta de trabajo, empleo y salario. Nuestro México y Yurécuaro temerosos por la inseguridad y la credibilidad de los políticos.
Con sus problemas personales no quiero causarles un dolor de cabeza con estas realidades, el Evangelio del domingo es muy esperanzador, porque nuestras sociedades han querido encontrar el amor en las cosas materiales y confiar en las estructuras humanas, hermanos nuestra opción debe ser la experiencia de Jesús, la experiencia del amor de Dios que se viva y refleje con nuestro prójimo. El Papa en su visita a su tierra natal Alemania, desde el inicio afirmó a que debería su visita: él dijo “no vengo a hablar de economía y política, vengo a hablar de Dios, porque donde está Dios hay esperanza”. Que palabras tan sabias de nuestro Papa, donde está Dios hay esperanza, y muy ciertas: porque hay esperanza en las familias que dejan que Dios armonice con su testimonio sus vidas, orando y conviviendo fraternalmente para crear amor, fe, unidad y fidelidad en las mismas; hay amor y esperanza en las comunidades que crecen desde la fe en la oración y la Eucaristía de cada domingo y se dejan guiar por la Palabra de Cristo y su vivencia en la Iglesia parroquial; hay amor y esperanza en los centros educativos, donde se vive la búsqueda de la superación en los estudios, pero también desde la verdad que se encuentra en Dios y que nos llama a encontrarla.
Hermanos, vivir la experiencia del amor de Dios nos hace darnos cuenta de la mirada tierna, compasiva de Dios que pone su ley en nuestro corazón, nuestra mente y nuestro ser. Esta experiencia de amor a Dios es primordial y la debemos vivir en comunidad, con nuestros hermanos, especialmente con aquellos con quienes tenemos más dificultad. Estamos orando por la paz, y ustedes en Yurécuaro lo han hecho con el Rosario, las Misas, les quiero compartir esto: si en realidad queremos paz, iniciemos por el amor. Que fácil o difícil, depende de cuánto nos dejemos amar por Dios y lo compartamos con el que está más cercano a mí.
Me despido, no sin antes recordarles que cuentan con mi oración y la de quienes estamos lejos de nuestra patria tan amada. Dios les bendiga!!!
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén
Con afecto, cariño y mucho amor: Carlos Barajas, (Roma Italia).
Compartiendo nuestra fe
Primera Lectura: Is. 45, 1, 4-6
Segunda Lectura: 1Tes. 1, 1-5
Del Santo Evangelio según san Mateo (22, 15-21)
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo. Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos pues, que piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?”
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones les contestó: “Hipócritas, ¿Por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús le preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le respondieron: del César. Y Jesús concluyó: den pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Palabra del Señor.
El pasado miércoles 12 de octubre, celebramos la inauguración del nuevo curso escolar 2011-2012 en la Universidad Pontificia Salesiana, lo hicimos con la Eucaristía donde el Evangelio que se proclamó fue el de la promesa del Espíritu Santo. Participamos laicos, religiosas y sacerdotes estudiantes y maestros, fue una Eucaristía inolvidable. Les comparto esta noticia no solo por el hecho de informar, sino también para compartirles mi alegría al iniciar otro año de estudio.
Y verdaderamente, puedo decir que el Espíritu del Señor me iluminó para compartir con ustedes algunas palabras referentes al Evangelio de este domingo. Me asombra la maldad de los herodianos y fariseos para poner a prueba a Jesús, porque inician alabándolo: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios… en verdad es una afirmación verdadera esta con la que inician, porque Jesús desde el inicio de su ministerio habla del Reino de los cielos con la verdad, la sinceridad y el deseo de que todos sus oyentes tomen ese camino al Reino como un anticipo de la vida eterna para conocer el amor infinito del padre. Si me preguntan que veía Jesús en el corazón de los herodianos y fariseos para resistirse a este mensaje, yo puedo responder: falta de fe y ansias de poder.
Me llama la atención como cada día se va perdiendo la fe en el mundo, en las comunidades y en la misma Iglesia, la fe que era concebida como aquella confianza en Dios y una respuesta del hombre al proyecto del Reino se va diluyendo. Hemos aprendido a confiar en las cosas materiales, ahora vivir bien y en paz es signo de comodidad y bienestar personal, lo que nos hace olvidarnos del otro y del Otro que es Dios; somos adoradores de césares que son signos de poder y de vacío existencial ofreciendo a la sociedad sexo, placer y gozo; hasta cierto punto, México se ha convertido en una síntesis de una gran cantidad de ofertas espirituales que buscan hacerme sentir bien y desahogarme sin importar que le pasa al de al lado.
“A Dios lo que es de Dios”, que caro hemos pagado con darle a Dios solo sobras e indiferencia social y personal, un ejemplo claro es la ausencia total de Dios en nuestra sociedad, que es víctima de la violencia, la inseguridad y la falta de confianza en quienes están al frente representándonos. Hermanos hemos olvidado que al hombre se le dio la tierra para que la cuide y la trabaje, no para destruirla y con ello nosotros mismos destruirnos. ¿Dónde está Dios en este momento de tu vida? Si falta paz en nuestra sociedad, ¿qué haces para alimentarla desde nuestro hogar en la convivencia fraterna y familiar?
Ante estas preguntas como sacerdote he aprendido a ver el mundo con esperanza, es muy difícil lo sé, han de pensar porque no estoy en Yurécuaro o en México, pero no puede haber otra actitud de frente a los problemas que padecemos, el llamado de Jesús a vivir el reino es continuo y latente, pero me encuentro con que es más fácil vivir así como somos, sin ningún cambio personal. Hermanos tenemos un compromiso con el mundo, la sociedad y mi prójimo, que importante es colaborar y hacer que desde la política se vivan valores como la justicia y el bien común, que desde nuestra responsabilidad como ciudadanos optemos por quien nos representará en el gobierno. Pero que importante más aún cuando nos dejamos llevar por aquel Jesús que sabemoes es justo y nos habla con la verdad para encontrar el camino a Dios.
Hay mucho por decir ya hacer, pero lo próximo, es unirme a ustedes en oración por la paz, sepan que los 124 sacerdotes que habitamos el Colegio mexicano pedimos por todos ustedes, NO ESTÁN SOLOS, Dios está con ustedes y cuenten con nuestra oración. Dios les bendiga y les pague con creces lo que hacen por construir los caminos de Dios en la paz, la justicia y el amor. (Carlos E. Barajas Baeza, Roma Italia).
Los invito a hacer esta oración tomada del documento: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén.
Carlos Eduardo Barajas Baeza
Primera Lectura: Is. 45, 1, 4-6
Segunda Lectura: 1Tes. 1, 1-5
Del Santo Evangelio según san Mateo (22, 15-21)
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo. Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos pues, que piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?”
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones les contestó: “Hipócritas, ¿Por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús le preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le respondieron: del César. Y Jesús concluyó: den pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Palabra del Señor.
El pasado miércoles 12 de octubre, celebramos la inauguración del nuevo curso escolar 2011-2012 en la Universidad Pontificia Salesiana, lo hicimos con la Eucaristía donde el Evangelio que se proclamó fue el de la promesa del Espíritu Santo. Participamos laicos, religiosas y sacerdotes estudiantes y maestros, fue una Eucaristía inolvidable. Les comparto esta noticia no solo por el hecho de informar, sino también para compartirles mi alegría al iniciar otro año de estudio.
Y verdaderamente, puedo decir que el Espíritu del Señor me iluminó para compartir con ustedes algunas palabras referentes al Evangelio de este domingo. Me asombra la maldad de los herodianos y fariseos para poner a prueba a Jesús, porque inician alabándolo: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios… en verdad es una afirmación verdadera esta con la que inician, porque Jesús desde el inicio de su ministerio habla del Reino de los cielos con la verdad, la sinceridad y el deseo de que todos sus oyentes tomen ese camino al Reino como un anticipo de la vida eterna para conocer el amor infinito del padre. Si me preguntan que veía Jesús en el corazón de los herodianos y fariseos para resistirse a este mensaje, yo puedo responder: falta de fe y ansias de poder.
Me llama la atención como cada día se va perdiendo la fe en el mundo, en las comunidades y en la misma Iglesia, la fe que era concebida como aquella confianza en Dios y una respuesta del hombre al proyecto del Reino se va diluyendo. Hemos aprendido a confiar en las cosas materiales, ahora vivir bien y en paz es signo de comodidad y bienestar personal, lo que nos hace olvidarnos del otro y del Otro que es Dios; somos adoradores de césares que son signos de poder y de vacío existencial ofreciendo a la sociedad sexo, placer y gozo; hasta cierto punto, México se ha convertido en una síntesis de una gran cantidad de ofertas espirituales que buscan hacerme sentir bien y desahogarme sin importar que le pasa al de al lado.
“A Dios lo que es de Dios”, que caro hemos pagado con darle a Dios solo sobras e indiferencia social y personal, un ejemplo claro es la ausencia total de Dios en nuestra sociedad, que es víctima de la violencia, la inseguridad y la falta de confianza en quienes están al frente representándonos. Hermanos hemos olvidado que al hombre se le dio la tierra para que la cuide y la trabaje, no para destruirla y con ello nosotros mismos destruirnos. ¿Dónde está Dios en este momento de tu vida? Si falta paz en nuestra sociedad, ¿qué haces para alimentarla desde nuestro hogar en la convivencia fraterna y familiar?
Ante estas preguntas como sacerdote he aprendido a ver el mundo con esperanza, es muy difícil lo sé, han de pensar porque no estoy en Yurécuaro o en México, pero no puede haber otra actitud de frente a los problemas que padecemos, el llamado de Jesús a vivir el reino es continuo y latente, pero me encuentro con que es más fácil vivir así como somos, sin ningún cambio personal. Hermanos tenemos un compromiso con el mundo, la sociedad y mi prójimo, que importante es colaborar y hacer que desde la política se vivan valores como la justicia y el bien común, que desde nuestra responsabilidad como ciudadanos optemos por quien nos representará en el gobierno. Pero que importante más aún cuando nos dejamos llevar por aquel Jesús que sabemoes es justo y nos habla con la verdad para encontrar el camino a Dios.
Hay mucho por decir ya hacer, pero lo próximo, es unirme a ustedes en oración por la paz, sepan que los 124 sacerdotes que habitamos el Colegio mexicano pedimos por todos ustedes, NO ESTÁN SOLOS, Dios está con ustedes y cuenten con nuestra oración. Dios les bendiga y les pague con creces lo que hacen por construir los caminos de Dios en la paz, la justicia y el amor. (Carlos E. Barajas Baeza, Roma Italia).
Los invito a hacer esta oración tomada del documento: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén.
Carlos Eduardo Barajas Baeza
miércoles, 12 de octubre de 2011
Del Santo Evangelio según san Mateo (22, 15-21)
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo. Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos pues, que piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?”
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones les contestó: “Hipócritas, ¿Por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús le preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le respondieron: del César. Y Jesús concluyó: den pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Palabra del Señor.
El pasado miércoles 12 de octubre, celebramos la inauguración del nuevo curso escolar 2011-2012 en la Universidad Pontificia Salesiana, lo hicimos con la Eucaristía donde el Evangelio que se proclamó fue el de la promesa del Espíritu Santo. Participamos laicos, religiosas y sacerdotes estudiantes y maestros, fue una Eucaristía inolvidable. Les comparto esta noticia no solo por el hecho de informar, sino también para compartirles mi alegría al iniciar otro año de estudio.
Y verdaderamente, puedo decir que el Espíritu del Señor me iluminó para compartir con ustedes algunas palabras referentes al Evangelio de este domingo. Me asombra la maldad de los herodianos y fariseos para poner a prueba a Jesús, porque inician alabándolo: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios… en verdad es una afirmación verdadera esta con la que inician, porque Jesús desde el inicio de su ministerio habla del Reino de los cielos con la verdad, la sinceridad y el deseo de que todos sus oyentes tomen ese camino al Reino como un anticipo de la vida eterna para conocer el amor infinito del padre. Si me preguntan que veía Jesús en el corazón de los herodianos y fariseos para resistirse a este mensaje, yo puedo responder: falta de fe y ansias de poder.
Me llama la atención como cada día se va perdiendo la fe en el mundo, en las comunidades y en la misma Iglesia, la fe que era concebida como aquella confianza en Dios y una respuesta del hombre al proyecto del Reino se va diluyendo. Hemos aprendido a confiar en las cosas materiales, ahora vivir bien y en paz es signo de comodidad y bienestar personal, lo que nos hace olvidarnos del otro y del Otro que es Dios; somos adoradores de césares que son signos de poder y de vacío existencial ofreciendo a la sociedad sexo, placer y gozo; hasta cierto punto, México se ha convertido en una síntesis de una gran cantidad de ofertas espirituales que buscan hacerme sentir bien y desahogarme sin importar que le pasa al de al lado.
“A Dios lo que es de Dios”, que caro hemos pagado con darle a Dios solo sobras e indiferencia social y personal, un ejemplo claro es la ausencia total de Dios en nuestra sociedad, que es víctima de la violencia, la inseguridad y la falta de confianza en quienes están al frente representándonos. Hermanos hemos olvidado que al hombre se le dio la tierra para que la cuide y la trabaje, no para destruirla y con ello nosotros mismos destruirnos. ¿Dónde está Dios en este momento de tu vida? Si falta paz en nuestra sociedad, ¿qué haces para alimentarla desde nuestro hogar en la convivencia fraterna y familiar?
Ante estas preguntas como sacerdote he aprendido a ver el mundo con esperanza, es muy difícil lo sé, han de pensar porque no estoy en Yurécuaro o en México, pero no puede haber otra actitud de frente a los problemas que padecemos, el llamado de Jesús a vivir el reino es continuo y latente, pero me encuentro con que es más fácil vivir así como somos, sin ningún cambio personal. Hermanos tenemos un compromiso con el mundo, la sociedad y mi prójimo, que importante es colaborar y hacer que desde la política se vivan valores como la justicia y el bien común, que desde nuestra responsabilidad como ciudadanos optemos por quien nos representará en el gobierno. Pero que importante más aún cuando nos dejamos llevar por aquel Jesús que sabemoes es justo y nos habla con la verdad para encontrar el camino a Dios.
Hay mucho por decir ya hacer, pero lo próximo, es unirme a ustedes en oración por la paz, sepan que los 124 sacerdotes que habitamos el Colegio mexicano pedimos por todos ustedes, NO ESTÁN SOLOS, Dios está con ustedes y cuenten con nuestra oración. Dios les bendiga y les pague con creces lo que hacen por construir los caminos de Dios en la paz, la justicia y el amor. (Carlos E. Barajas Baeza, Roma Italia).
Los invito a hacer esta oración tomada del documento: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén.
Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones les contestó: “Hipócritas, ¿Por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron una moneda. Jesús le preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le respondieron: del César. Y Jesús concluyó: den pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Palabra del Señor.
El pasado miércoles 12 de octubre, celebramos la inauguración del nuevo curso escolar 2011-2012 en la Universidad Pontificia Salesiana, lo hicimos con la Eucaristía donde el Evangelio que se proclamó fue el de la promesa del Espíritu Santo. Participamos laicos, religiosas y sacerdotes estudiantes y maestros, fue una Eucaristía inolvidable. Les comparto esta noticia no solo por el hecho de informar, sino también para compartirles mi alegría al iniciar otro año de estudio.
Y verdaderamente, puedo decir que el Espíritu del Señor me iluminó para compartir con ustedes algunas palabras referentes al Evangelio de este domingo. Me asombra la maldad de los herodianos y fariseos para poner a prueba a Jesús, porque inician alabándolo: “Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios… en verdad es una afirmación verdadera esta con la que inician, porque Jesús desde el inicio de su ministerio habla del Reino de los cielos con la verdad, la sinceridad y el deseo de que todos sus oyentes tomen ese camino al Reino como un anticipo de la vida eterna para conocer el amor infinito del padre. Si me preguntan que veía Jesús en el corazón de los herodianos y fariseos para resistirse a este mensaje, yo puedo responder: falta de fe y ansias de poder.
Me llama la atención como cada día se va perdiendo la fe en el mundo, en las comunidades y en la misma Iglesia, la fe que era concebida como aquella confianza en Dios y una respuesta del hombre al proyecto del Reino se va diluyendo. Hemos aprendido a confiar en las cosas materiales, ahora vivir bien y en paz es signo de comodidad y bienestar personal, lo que nos hace olvidarnos del otro y del Otro que es Dios; somos adoradores de césares que son signos de poder y de vacío existencial ofreciendo a la sociedad sexo, placer y gozo; hasta cierto punto, México se ha convertido en una síntesis de una gran cantidad de ofertas espirituales que buscan hacerme sentir bien y desahogarme sin importar que le pasa al de al lado.
“A Dios lo que es de Dios”, que caro hemos pagado con darle a Dios solo sobras e indiferencia social y personal, un ejemplo claro es la ausencia total de Dios en nuestra sociedad, que es víctima de la violencia, la inseguridad y la falta de confianza en quienes están al frente representándonos. Hermanos hemos olvidado que al hombre se le dio la tierra para que la cuide y la trabaje, no para destruirla y con ello nosotros mismos destruirnos. ¿Dónde está Dios en este momento de tu vida? Si falta paz en nuestra sociedad, ¿qué haces para alimentarla desde nuestro hogar en la convivencia fraterna y familiar?
Ante estas preguntas como sacerdote he aprendido a ver el mundo con esperanza, es muy difícil lo sé, han de pensar porque no estoy en Yurécuaro o en México, pero no puede haber otra actitud de frente a los problemas que padecemos, el llamado de Jesús a vivir el reino es continuo y latente, pero me encuentro con que es más fácil vivir así como somos, sin ningún cambio personal. Hermanos tenemos un compromiso con el mundo, la sociedad y mi prójimo, que importante es colaborar y hacer que desde la política se vivan valores como la justicia y el bien común, que desde nuestra responsabilidad como ciudadanos optemos por quien nos representará en el gobierno. Pero que importante más aún cuando nos dejamos llevar por aquel Jesús que sabemoes es justo y nos habla con la verdad para encontrar el camino a Dios.
Hay mucho por decir ya hacer, pero lo próximo, es unirme a ustedes en oración por la paz, sepan que los 124 sacerdotes que habitamos el Colegio mexicano pedimos por todos ustedes, NO ESTÁN SOLOS, Dios está con ustedes y cuenten con nuestra oración. Dios les bendiga y les pague con creces lo que hacen por construir los caminos de Dios en la paz, la justicia y el amor. (Carlos E. Barajas Baeza, Roma Italia).
Los invito a hacer esta oración tomada del documento: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”.
Señor Jesús, Tú eres nuestra paz,
mira nuestra patria dañada por la violencia,
dispersa por el miedo y la inseguridad.
Consuela el dolor de quienes sufren,
da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.
Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos
Y provocan sufrimiento y muerte.
Dales el don de la conversión, protege a las familias,
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
A nuestros pueblos y comunidades, que como discípulos misioneros tuyos
ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y paz.
Para que en ti, nuestro pueblo (Yurécuaro) tenga vida digna. Amén.
miércoles, 5 de octubre de 2011
COMPARTIENDO NUESTRA FE”
Lectura del libro del profeta Isaías 25, 6-10
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 12-14.19-20
Del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: “Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda”. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, las cuales dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados: “La boda está preparada pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos e inviten al banquete de bodas a todos los que encuentren”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta? Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos. Palabra del Señor.
Breve reflexión
Les saludo nuevamente con el mismo cariño y afecto con que nos veíamos en Yurécuaro, han pasado varios meses y el Señor nos da la oportunidad de poder compartir como hermanos en la fe su Palabra.
Recuerdo la sabiduría del catequista, joven y la no tan joven que trata de explicar a los niños de manera sencilla y con cuentos el catecismo para poder dar a los pequeños la semilla de la fe, que nos ofrece Jesús a través de su vida. Pues esa sabiduría y sencillez con que hablan los catequistas lo hace también Jesús en el Evangelio de este domingo, nos está hablando con parábolas para ejemplificar el Reino de los Cielos que está en su misma persona. Me gusta en verdad como habla a sus destinatarios del amor del padre, y lo hace desde la fiesta, porque eso es el Reino de los cielos, una fiesta a la que todos estamos llamados y a la que debemos de responder.
Yo me pregunto ¿Por qué estas personas no aceptaron la invitación explícita del rey a la fiesta si fueron escogidos por él mismo? He descubierto que el hombre tiene una facultad importante para decir sí o no, su libertad. A ti que lees este comentario, me atrevo a lanzarte esta pregunta. Si somos invitados al banquete del Reino ¿Por qué respondemos en ocasiones de manera negativa a la invitación del banquete? El rey en la parábola a toda marcha quería celebrar esa fiesta, pero sus elegidos se negaron e incluso golpearon y mataron a sus mensajeros.
Después de que el hombre, las familias y la sociedad han querido sacar a Dios de sus vidas, nos hemos dado cuenta de los resultados funestos, vivimos en violencia, nuestras familias se siguen destruyendo, tenemos miedo, los jóvenes viven inmersos en vicios y la indiferencia a Dios nos ha costado muy cara. La respuesta es sencilla: todos tenemos cosas más importantes que hacer antes de recibir la invitación a vivir el reino de los cielos, unos seguimos haciendo lo mismo dando importancia a lo mismo de siempre.
Hermanos en la fe, somos Iglesia y nosotros somos los invitados principales de Dios al banquete, somos hombres y mujeres llenos de la bondad de Dios, pero que en ocasiones contradecimos esta bondad y nos alejamos de Dios. Es la hora del banquete eucarístico y del Reino donde nos encontremos con Jesús, es momento de llenarnos de esperanza ante los tiempos difíciles que vivimos en nuestro México, de vivir con una fe íntegra y fortalecida en la vida de oración pero testimoniada en la vida, pero sobre todo una vida plena en el amor de Dios, esta es la experiencia de sentirnos amados, de vestirnos con ese traje de gala que se llama gracia.
Este domingo estamos llamados a vivir en la alegría a pesar de los miedos e inseguridades, llamados también a vivir con esa fe que Pablo demuestra cuando dice: “todo lo puede en aquel que le da la fuerza”. Buena semana, Dios les bendiga y cuide a ustedes y sus familias. (Carlos Eduardo Barajas Baeza, Roma Italia).
Breve excursus: quiero agradecer a los encargados de este Semanario “Cazador de la Verdad”, por darme la oportunidad de compartir con ustedes unas palabras que puedan ayudar en su vivencia de fe, quiero ser sencillo en mi lenguaje, de compartir esta fe tan hermosa que podemos vivir como católicos. Estudio en Roma Pastoral Juvenil y catequesis en la Universidad salesiana, estoy muy contento en verdad aunque he batallado con el italiano y la cultura, se extraña México y en especial Yurécuaro, no me olvido de la parroquia de Cristo Rey que me acogió como vicario y agradezco infinitamente. Estoy agradecido con todo Yurecuaro, y sepan que los 120 sacerdotes que habitamos en el Colegio mexicano hacemos oración por todos ustedes, recuerden no están solos, Dios está con ustedes y nuestras oraciones. Hasta pronto y gracias!!
Estamos en línea en: karloseduardo79@hotmail.com y en Facebook: Carlos Eduardo Barajas Baeza para cualquier comentario y sugerencia.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 12-14.19-20
Del Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: “Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda”. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, las cuales dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados: “La boda está preparada pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos e inviten al banquete de bodas a todos los que encuentren”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de invitados. Cuando el rey entró a saludar a los invitados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta? Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos. Palabra del Señor.
Breve reflexión
Les saludo nuevamente con el mismo cariño y afecto con que nos veíamos en Yurécuaro, han pasado varios meses y el Señor nos da la oportunidad de poder compartir como hermanos en la fe su Palabra.
Recuerdo la sabiduría del catequista, joven y la no tan joven que trata de explicar a los niños de manera sencilla y con cuentos el catecismo para poder dar a los pequeños la semilla de la fe, que nos ofrece Jesús a través de su vida. Pues esa sabiduría y sencillez con que hablan los catequistas lo hace también Jesús en el Evangelio de este domingo, nos está hablando con parábolas para ejemplificar el Reino de los Cielos que está en su misma persona. Me gusta en verdad como habla a sus destinatarios del amor del padre, y lo hace desde la fiesta, porque eso es el Reino de los cielos, una fiesta a la que todos estamos llamados y a la que debemos de responder.
Yo me pregunto ¿Por qué estas personas no aceptaron la invitación explícita del rey a la fiesta si fueron escogidos por él mismo? He descubierto que el hombre tiene una facultad importante para decir sí o no, su libertad. A ti que lees este comentario, me atrevo a lanzarte esta pregunta. Si somos invitados al banquete del Reino ¿Por qué respondemos en ocasiones de manera negativa a la invitación del banquete? El rey en la parábola a toda marcha quería celebrar esa fiesta, pero sus elegidos se negaron e incluso golpearon y mataron a sus mensajeros.
Después de que el hombre, las familias y la sociedad han querido sacar a Dios de sus vidas, nos hemos dado cuenta de los resultados funestos, vivimos en violencia, nuestras familias se siguen destruyendo, tenemos miedo, los jóvenes viven inmersos en vicios y la indiferencia a Dios nos ha costado muy cara. La respuesta es sencilla: todos tenemos cosas más importantes que hacer antes de recibir la invitación a vivir el reino de los cielos, unos seguimos haciendo lo mismo dando importancia a lo mismo de siempre.
Hermanos en la fe, somos Iglesia y nosotros somos los invitados principales de Dios al banquete, somos hombres y mujeres llenos de la bondad de Dios, pero que en ocasiones contradecimos esta bondad y nos alejamos de Dios. Es la hora del banquete eucarístico y del Reino donde nos encontremos con Jesús, es momento de llenarnos de esperanza ante los tiempos difíciles que vivimos en nuestro México, de vivir con una fe íntegra y fortalecida en la vida de oración pero testimoniada en la vida, pero sobre todo una vida plena en el amor de Dios, esta es la experiencia de sentirnos amados, de vestirnos con ese traje de gala que se llama gracia.
Este domingo estamos llamados a vivir en la alegría a pesar de los miedos e inseguridades, llamados también a vivir con esa fe que Pablo demuestra cuando dice: “todo lo puede en aquel que le da la fuerza”. Buena semana, Dios les bendiga y cuide a ustedes y sus familias. (Carlos Eduardo Barajas Baeza, Roma Italia).
Breve excursus: quiero agradecer a los encargados de este Semanario “Cazador de la Verdad”, por darme la oportunidad de compartir con ustedes unas palabras que puedan ayudar en su vivencia de fe, quiero ser sencillo en mi lenguaje, de compartir esta fe tan hermosa que podemos vivir como católicos. Estudio en Roma Pastoral Juvenil y catequesis en la Universidad salesiana, estoy muy contento en verdad aunque he batallado con el italiano y la cultura, se extraña México y en especial Yurécuaro, no me olvido de la parroquia de Cristo Rey que me acogió como vicario y agradezco infinitamente. Estoy agradecido con todo Yurecuaro, y sepan que los 120 sacerdotes que habitamos en el Colegio mexicano hacemos oración por todos ustedes, recuerden no están solos, Dios está con ustedes y nuestras oraciones. Hasta pronto y gracias!!
Estamos en línea en: karloseduardo79@hotmail.com y en Facebook: Carlos Eduardo Barajas Baeza para cualquier comentario y sugerencia.
martes, 27 de abril de 2010
CUARTO DOMINGO DE PASCUA
Primera lectura: del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 14. 434-52
Segunda lectura: del Apocalipsis del apóstol san Juan 7, 9. 14-17
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos. El Padre y yo somos uno.
Palabra del Señor.
La era de los ruidos, de los medios de comunicación y la individualidad. Son tres de las características que han denotado este tiempo y esta era para los jóvenes y los ya no tan jóvenes. ¿Porque? algunas mujeres de casa hoy en día, no hacen el quehacer de la casa sino es con el estereo a todo volumen; los jóvenes que se jactan de traer un buen vehículo y un poderoso sonido lo demuestran por las calles, esto aunque en algunas casas se caigan los trastes que se recargan en las paredes por el ruido; los alumnos en las escuelas al enfadarlos el maestro encienden sus IPOD o celulares, los pequeños de la casa frente al televisor no ven otra cosa que violencia y muerte, los medios de comunicación que nos hacen ver el mundo más rápido y de manera violenta; los ruidos del corazón por la falta de paz en las personas ante tanto dolor humano. Señor ¿No escuchamos tu voz? ¡Habla por favor!
He tenido la experiencia de platicar con muchas personas en mi estancia aquí en Yurécuaro, y les agradezco por su confianza y la apertura de su vida a este siervo de Dios, y en un porcentaje muy alto el vacío que he notado es por esto: no escuchamos la voz de Dios y caemos en depresión, tristeza por este vacío tan grande de no vivir el amor pleno de un Dios que nos llama desde lo más profundo de su ser. Hoy más que nunca nos cuesta interiorizar nuestra persona, por miedo a la no aceptación, "la falta de estar a la moda", no tener lo que los otros tienen me acarrea desilución y desesperanza.
¡Cuánta tristeza vivimos hoy en día! No teman encontrarse con Dios, la experiencia es única, confortante y esperanzadora. Si pudiéramos tener ese reto de entrar en nosotros y encontrar el baúl de tesoro que guardamos, la vida se vería desde otra óptica más humana y moral, más humilde y sencilla.
No me cansaré de recordar que lo que hace falta a toda persona es la experiencia del ser amado, pero no desde la carne, sino de vivir en plenitud el amor de Dios que damos en pureza y recibimos ya purificado. "Yo doy mi vida por mis ovejas" este Pastor que nos conoce no necesita que nos pongamos maquillaje para estar delante Él, ni necesitas ropa de marca para que te acepte tal como eres, ni una buena loción que te haga oler a flores para que te abrace. ¡Dios te ama como eres, entiéndelo! no quiere que nada ni nadie te arrebate de su mano, porque su Padre con tanto amor nos ha dado para que nos cuide y lo sigamos solo a Él.
Pero ¿Qué hacer ante tantos retos en los jóvenes de hoy para que escuchen esta voz del Pastor? Es una misión muy grande, casi inabarcable en su extensión, pero nos falta confiar y orar ante estos retos, porque Dios sigue haciendo la obra del Reino en muchos de nuestros jóvenes que han vivido ese reto de entrar en sí, y salir con Dios de dentro de ellos y darlo a los demás. Y aunque la misión es grande, así tiene que ser nuestra fe. Pero esto debe iniciar desde las familias, los valores cristianos y morales, los valores de honestidad y claridad ante la vida. Todo esto debe darse al interior de cada familia, porque de ahí van a salir los futuros médicos que lucharán por la vida y no por el aborto; los abogados- que en la lucha por la verdad defenderán la justicia; los agricultores que continuarán sacando de las tierras el pan de cada día para las familias; los comerciantes, panaderos, enfermeras y también los sacerdotes que todos juntos en comunión queremos continuar la obra del Buen Pastor.
Debemos tener esperanza en este mundo, hasta donde sabemos no hay otro en el que la vida se dé en manera plena y llena de milagros, porque el Pastor escucha nuestra voz cuando lo llamamos, nos conoce y nos acepta con lo que somos y tenemos, y sobretodo da la vida por nosotros por el inmenso amor que nos tiene y no permitirá que nadie nos arrebate de su mano.
En este domingo del Buen Pastor guardemos silencio desde el alma, Dios tiene muchas cosas que decirnos, porque si el Padre y Jesús son uno, nosotros también formamos una sola familia en la Iglesia y nos cuida un solo Dios vivo, resucitado y verdadero.
Una pequeña anécdota para terminar: estba un joven con su maestro espiritual viviendo la virtud de la vida, el joven estaba absorto por la sabiduría de su maestro y le preguntó cómo hacer para alcanzar ese grado en su vida. El maestro contestó: con práctica y oído muchacho. A los pocos días el joven vuelve a preguntar a su maestro como lograba ese grado de sabiduría y concentración, el maestro contestó: con práctica y oído muchacho. La próxima vez con pena le vuelve a decir el joven a su maestro cómo lograba ese graado de sabiduría y concentración, y el maestro le contestó: ¿en verdad quietres saberlo? Ven mañana y te lo diré temprano.
Al día siguiente el joven antes de la hora marcada estaba listo para saber el secreto. Llegó el maestro y le dice: ven métete conmigo al lago, entraron y él sumergió la cabeza en el agua, advertido por el maestro que cuando terminara el aire le avisara para dejarlo salir. Al minuto el muchacho empezó a faltar el aire e hizo una seña para que lo soltara, pero el maestro no lo hizo, hasta unos segundos más tarde. Al sacar su cabeza, el maestro le preguntó al joven: ¿cómo te sentiste?, el joven contestó: me hizo falta el aire para vivir. El maestro le dice al muchacho: así como te hizo falta el aire para vivir, a mí me hace falta la oración
Dios te bendiga. Con afecto: Pbro. Carlos Barajas Baeza.
Segunda lectura: del Apocalipsis del apóstol san Juan 7, 9. 14-17
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos. El Padre y yo somos uno.
Palabra del Señor.
La era de los ruidos, de los medios de comunicación y la individualidad. Son tres de las características que han denotado este tiempo y esta era para los jóvenes y los ya no tan jóvenes. ¿Porque? algunas mujeres de casa hoy en día, no hacen el quehacer de la casa sino es con el estereo a todo volumen; los jóvenes que se jactan de traer un buen vehículo y un poderoso sonido lo demuestran por las calles, esto aunque en algunas casas se caigan los trastes que se recargan en las paredes por el ruido; los alumnos en las escuelas al enfadarlos el maestro encienden sus IPOD o celulares, los pequeños de la casa frente al televisor no ven otra cosa que violencia y muerte, los medios de comunicación que nos hacen ver el mundo más rápido y de manera violenta; los ruidos del corazón por la falta de paz en las personas ante tanto dolor humano. Señor ¿No escuchamos tu voz? ¡Habla por favor!
He tenido la experiencia de platicar con muchas personas en mi estancia aquí en Yurécuaro, y les agradezco por su confianza y la apertura de su vida a este siervo de Dios, y en un porcentaje muy alto el vacío que he notado es por esto: no escuchamos la voz de Dios y caemos en depresión, tristeza por este vacío tan grande de no vivir el amor pleno de un Dios que nos llama desde lo más profundo de su ser. Hoy más que nunca nos cuesta interiorizar nuestra persona, por miedo a la no aceptación, "la falta de estar a la moda", no tener lo que los otros tienen me acarrea desilución y desesperanza.
¡Cuánta tristeza vivimos hoy en día! No teman encontrarse con Dios, la experiencia es única, confortante y esperanzadora. Si pudiéramos tener ese reto de entrar en nosotros y encontrar el baúl de tesoro que guardamos, la vida se vería desde otra óptica más humana y moral, más humilde y sencilla.
No me cansaré de recordar que lo que hace falta a toda persona es la experiencia del ser amado, pero no desde la carne, sino de vivir en plenitud el amor de Dios que damos en pureza y recibimos ya purificado. "Yo doy mi vida por mis ovejas" este Pastor que nos conoce no necesita que nos pongamos maquillaje para estar delante Él, ni necesitas ropa de marca para que te acepte tal como eres, ni una buena loción que te haga oler a flores para que te abrace. ¡Dios te ama como eres, entiéndelo! no quiere que nada ni nadie te arrebate de su mano, porque su Padre con tanto amor nos ha dado para que nos cuide y lo sigamos solo a Él.
Pero ¿Qué hacer ante tantos retos en los jóvenes de hoy para que escuchen esta voz del Pastor? Es una misión muy grande, casi inabarcable en su extensión, pero nos falta confiar y orar ante estos retos, porque Dios sigue haciendo la obra del Reino en muchos de nuestros jóvenes que han vivido ese reto de entrar en sí, y salir con Dios de dentro de ellos y darlo a los demás. Y aunque la misión es grande, así tiene que ser nuestra fe. Pero esto debe iniciar desde las familias, los valores cristianos y morales, los valores de honestidad y claridad ante la vida. Todo esto debe darse al interior de cada familia, porque de ahí van a salir los futuros médicos que lucharán por la vida y no por el aborto; los abogados- que en la lucha por la verdad defenderán la justicia; los agricultores que continuarán sacando de las tierras el pan de cada día para las familias; los comerciantes, panaderos, enfermeras y también los sacerdotes que todos juntos en comunión queremos continuar la obra del Buen Pastor.
Debemos tener esperanza en este mundo, hasta donde sabemos no hay otro en el que la vida se dé en manera plena y llena de milagros, porque el Pastor escucha nuestra voz cuando lo llamamos, nos conoce y nos acepta con lo que somos y tenemos, y sobretodo da la vida por nosotros por el inmenso amor que nos tiene y no permitirá que nadie nos arrebate de su mano.
En este domingo del Buen Pastor guardemos silencio desde el alma, Dios tiene muchas cosas que decirnos, porque si el Padre y Jesús son uno, nosotros también formamos una sola familia en la Iglesia y nos cuida un solo Dios vivo, resucitado y verdadero.
Una pequeña anécdota para terminar: estba un joven con su maestro espiritual viviendo la virtud de la vida, el joven estaba absorto por la sabiduría de su maestro y le preguntó cómo hacer para alcanzar ese grado en su vida. El maestro contestó: con práctica y oído muchacho. A los pocos días el joven vuelve a preguntar a su maestro como lograba ese grado de sabiduría y concentración, el maestro contestó: con práctica y oído muchacho. La próxima vez con pena le vuelve a decir el joven a su maestro cómo lograba ese graado de sabiduría y concentración, y el maestro le contestó: ¿en verdad quietres saberlo? Ven mañana y te lo diré temprano.
Al día siguiente el joven antes de la hora marcada estaba listo para saber el secreto. Llegó el maestro y le dice: ven métete conmigo al lago, entraron y él sumergió la cabeza en el agua, advertido por el maestro que cuando terminara el aire le avisara para dejarlo salir. Al minuto el muchacho empezó a faltar el aire e hizo una seña para que lo soltara, pero el maestro no lo hizo, hasta unos segundos más tarde. Al sacar su cabeza, el maestro le preguntó al joven: ¿cómo te sentiste?, el joven contestó: me hizo falta el aire para vivir. El maestro le dice al muchacho: así como te hizo falta el aire para vivir, a mí me hace falta la oración
Dios te bendiga. Con afecto: Pbro. Carlos Barajas Baeza.
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